La transición energética hacia un modelo más sostenible es uno de los principales retos a los que actualmente nos enfrentamos. Los ambiciosos objetivos de descarbonización están orientados a la reducción de emisiones y a la transformación del suministro energético hacia un modelo más sostenible, pasando de depender únicamente de combustibles fósiles, a integrar diferentes energías renovables. Una de las herramientas clave que está permitiendo esta transición energética es la simulación avanzada.
Gracias a la simulación, tanto estructural como fluido-dinámica, está siendo posible mejorar la eficiencia de los procesos de generación de energía solar y eólica, al poder desarrollar modelos de cálculo muy precisos que permiten evaluar no solo el desempeño a nivel estructural sino también otros factores clave a la hora de maximizar la generación energética, como son la ubicación de plantas y parques, orientación de paneles y turbinas o la interacción fluido-estructura.
Por otro lado, la optimización de procesos es ya una realidad en plantas industriales. A través del estudio de los modos y condiciones de operación es posible detectar posibles ineficiencias en dichos patrones y predecir, mediante el desarrollo de modelos virtuales, la respuesta de los activos más críticos, tanto desde un punto de vista del proceso como desde un punto de vista de la integridad, haciendo posible la anticipación de fallos y la implantación de un mantenimiento tanto predictivo como prescriptivo.
Cabe destacar que el uso de la simulación avanzada está facilitando y acelerando el desarrollo de nuevas tecnologías para la producción de hidrógeno verde, de captura de carbono o de almacenamiento energético. La viabilidad y eficiencia de estas nuevas tecnologías puede ser testeada, rediseñada y optimizada a través de réplicas virtuales sin tener que pasar necesariamente por prototipos reales cuyo coste económico es mucho más alto. Un punto importante es que con las simulaciones por elementos finitos es posible evaluar la idoneidad de diferentes materiales, de forma que se pueda seleccionar el más adecuado, teniendo en cuenta sus propiedades mecánicas abriendo por tanto la puerta al posible uso de nuevos materiales.
En CADE somos conscientes de que el camino hacia la descarbonización es complejo y que el uso de herramientas como la simulación avanzada es un elemento decisivo para acelerar el paso hacia la implantación de energías más sostenibles. Por ello, contamos con soluciones como el SimulTwin, nuestro gemelo digital que permite monitorear el comportamiento de equipos, obtener información completa sobre le desempeño actual y lo que es mas importante, ayudando a predecir el comportamiento futuro anticipando posibles problemas.
Teniendo en cuenta la vida útil de las plantas industriales, así como el coste de las mismas, la estrategia de descarbonización pasa no solo por el reemplazo parcial o la mejora de las instalaciones existentes sino por el estudio de posibles cambios de servicio o rerating de equipos que incrementen la eficiencia de dichas plantas. Gracias a la ejecución de estudios Fitness for Service en los que CADE tiene una gran experiencia en todos los niveles que propone el código API 579 / ASME FFS-1, incluyendo los niveles más complejos que requieren el uso de simulación avanzada, es posible llevar a cabo estudios de integridad, evaluación de desempeño y determinación de vida remanente de equipos y activos.
Podemos afirmar que la simulación avanzada está facilitando una transición energética más rápida y eficiente; es por ello que desde CADE apostamos por un cambio de enfoque a la hora de abordar proyectos que requieren el uso de simulación avanzada: contamos con recursos de supercomputación propios y con el desarrollo de herramientas propias de automatización que permiten abordar cálculos que hace unos años eran impensables.