La industria enfrenta hoy el desafío de adaptarse a un panorama en constante cambio, donde el modelo energético sostenible y la reducción de emisiones de CO2, que antes se vislumbraban como objetivos futuros, ahora son una necesidad inminente. La transición hacia modelos energéticos descarbonizados y la disminución de los costos de generación no pueden esperar más.

Actualmente, más del 70% de la demanda energética industrial se consume en forma de calor (vapor, aceite térmico, agua sobrecalentada o aire caliente), siendo los combustibles fósiles la principal fuente de generación. Hasta ahora, varias barreras han limitado la adopción de soluciones de calor renovable: la competitividad de precios frente a los combustibles fósiles, las dificultades para almacenar y gestionar el calor, el riesgo tecnológico y la falta de políticas claras que impulsen su implementación.

Sin embargo, el panorama ha comenzado a cambiar. Las políticas actuales orientadas hacia modelos de generación renovable, descarbonización de la industria y aumento de los costos asociados a las emisiones de CO2, están creando un escenario favorable. Pero, ¿existen soluciones rentables en el mercado? La respuesta es sí, y cada vez son más accesibles.

Hoy en día, es posible contar con soluciones técnicas sólidas y 100% renovables que generan calor a un costo menor que el gas natural, disponibles las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y sin depender de la volatilidad de los precios de combustibles. Este avance ya es una realidad.

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